Escrito por Teresa Espaillat
Estoy
segura que el legado feminista de Magaly
Pineda se va a resaltar mucho en estos dÃas. Fue
precursora y pionera feminista.
Contribuyó con su tesonera labor a visibilizar, cuando muchos no entendÃamos,
el tema de la mujer como problema particular
de la agenda polÃtica. Creó todo eso y lo valoro.
Pero en cambio, prefiero resaltar la entereza y la valentÃa con que Magaly asumió la
terrible enfermedad que ha padecido en
la última década. Quiero resaltar también la admiración y respeto que
manifestábamos permanentemente frente a su decisión de asumir el cáncer no como un asunto privado, sino
compartido con sus allegados y hasta en los medios de comunicación.
Magaly Pineda y Teresa Espaillat, autora artÃculo |
Magaly, el 20 de marzo, celebrando su último cumpleaños |
Recuerdo
que en los preparativos del 49
aniversario de la Revolución de abril, planteó a un grupo de mujeres, entre las
que me encuentro, la necesidad de que
fuéramos pensando aprovechar el
cincuentenario, para potenciar la participación de la mujer en aquellos acontecimientos. En una reunión en
mi casa, a la que ella no pudo asistir, y en la que también asistió Orlando Sánchez, acordamos no solo potenciar el papel
de las mujeres sino también los combates de la zona Norte y la participación
del 14 de junio como un homenaje a los compañeros que murieron en ella. En esas 3 cuestiones nos embarcamos. Falta mucho
pero algo avanzamos.
En
mi percepción, durante su enfermedad Magaly fue haciendo planes de medianos
plazos. Uno de esos planes de mediano plazo estuvo celebrar los 70 de un grupo
de mujeres que nacimos en el 1943. Hasta yo voy
a llegar decÃa. Y los celebramos en 2013. Todo el año. De manera
individual cada una. De manera colectiva gracias a la solidaridad y entusiasmo
de Arnulfo Reyes.
En enero y febrero comenzó su deterioro final.
En una visita, hace menos de un mes, le
dijimos Cristinita DÃaz y yo que
aguantara al 21 de marzo para celebrar
su 73 cumpleaños. Está muy lejos, nos dijo, pero no está mal pensarlo y sonrió.
Y llegó a sus 73 cumpleaños!
Aunque no haya tiempo” No voy
a repetir el adjetivo que utilizó. Las y los que estábamos allÃ
lo escuchamos! Que se quede entre
nosotros! Cuando terminó de hablar
algunas lágrimas brotaron de sus ojos. No sé como evité las mÃas que a lo mejor
hubiesen desencadenado un lagrimeo solidario. Un nudo colectivo en la
garganta, una contención de lágrimas y
un silencio incomodÃsimo fue la respuesta.
Ella rompió el hielo mandándonos a ver la mesa servida hermosamente. Un frustrado té
el mismo dÃa que asesinaron a Orlando un té definitivo con sabor a despedida
convocado por la misma Magaly Pineda.
¡Guerrera hasta el final!
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