Una cosa es La República, y otra es La Vega.
Escrito por : Jorge A Jorge Batista
Fué el fin de la dictadura lo que marcó el comienzo de esta estampída migratoria, ya que aquél régimen de fuerza, controlaba la vida de los dominicanos, y por ende la salida de todo ciudadano. A quién escribe y a mi madre, la entrega del pasaporte se dilató un año, esto después de pasar y ser interrogados por SIM ( Servicio de Inteligencia Militar). Nunca olvido aquél gesto, que en medio del interrgatório, se nos presentó e intervino el Coronel Juán Lora Fernández (EPD), vecino y amigo de nosotros en La Vega. De inmediato nos despachó.
Llegó la fecha del visado norteamericano. Mi madre fué visada primero, y a mi por la falta de un documento, me citaron para unos días después. Llegó ese día- uno que nunca olvido- mientras hacía mi larga cola, dieron las 12:30 PM, y sin llegar mi turno, el Consulado cerraba, hasta las 2:30 PM. Vivíamos entonces en la parte alta de la capital, y el Consulado- si no estoy equivocado- estaba en una de las importantes calles de Gazcue.
Había venido a pies para así mismo regresar a casa. No tenía ni un chele para irme y menos, para un refresco o un par de chinas. Estaba obligado a esperar, por lo que caminé hasta el Malecón, con el estómago pegado del espinazo, pero con la fresca brisa del mar, pude esperar mi turno para el visado. Pero sucedió algo único e inesperado, que no sucede a menudo. Al ser el primero y haber poca gente, fuí recibído y juramentado en la oficína privada de la Señora Cónsul. El resto es historia.
Como ciudadano dominicano que soy, hay varias cosas que cuando visíto, seguido me chocan y rechazo: La Puerta del Conde “empañetada”, y el Palacio de La Policía, que debiera ser convertído en un hotel de primera, museo, centro educacional o talvéz un hospital. Ese mastodonte de edificio tiene una larga y nefásta historia. Siempre ha sido y sigue siendo, mantenido por todos los gobiernos de turno, como centro de represión y tortura. El que entra por sus puertas, no sale y si sale no es para contarlo.
La Vega. La recuerdo cuando verdaderamente era “Culta y Olímpica”. No dudo que oriundos de los demás puenlos, sientan por los suyos, lo que sentímos los veganos por el nuestro. Es el sello “VEGANO” (Marca Registrada), el que no se cae ni destíñe. Es evidente, que cada día que pasa, quedamos menos de los que disfrutamos y fuímos testígos- aúnque de atrazo y escazas libertades- de tiempos inolvidables.
Hace precisamente unos días, que era entrevistado por la television estragera, el joven y nueva estrella del ténis dominicano, Victor Estrella. Me llamó mucho la atención, la sencillez y humildad de este joven, cuyas proezas en la cancha ya conocídas, pero que a la vez explicaba, de la forma y como entrenaba. Dijo que ya de profesional solo usaba las raquetas normales permitídas, aunque en sus comienzos debido a la falta de recursos, entrenaba con pesadas raquetas de madera . Lo que ignora el joven Estrella, es que en los años 40 el Dr. Eladio De Los Santos, las inventó en La Vega, y que no éran más que las tapas de las tinajas de su casa y los vecínos.
La Vega no tenía facilidades para la pràctica de deportes, y canchas de tenis mucho menos, pero en la Plazoleta- la pelota estaba prohibída- se jugaban todos los deportes. Si jugàbamos pelota, nos corría la policía y nos teníamos que esconder en el cementerio. A La Vega trajeron una vez, un fuertón y abusador policía apodado: “ Sugestión”. Este sujeto se hizo respetar, por los abusos que cometìa. De repente lo trasladaron, y más adelante, nos enteramos, que unos campesinos se encargaron de que firmara un contrato con los Dodgers, y que lo encontraran con la boca llena de hormigas, “Como dicen los cubanos”.
Las retretas en la capital. Hace unos dias, en una de las últimas ediciones de El Buquicito, me encontré con la acostumbrada retreta vegana en la capital. A mi entender es una gran cosa, pero confieso, que siempre he tenido reservadas opiniones al respecto. ¿Porqué no se hace lo mismo, y vienen los veganos a celebrar su pueblo, una vez al año?. Se le darían aunque simbòlicamente, aquellas famosas vueltas al viejo parquet Duarte . Hemos sido vìctimas de los nuevos tiempos, y se nos fueron de las manos, nuestras viejas costumbres. Junto a la banda municipal, podrían participar, entre otras cosas, locales artistas veganos.
Sabemos que ya no son los tiempos aquéllos, menos recursos y mìnima remuneracón a los músicos, cosa que le resta al interés y calidad de los mismos.
A princípios de este año visité La Vega y luego recientemente por unos meses, pudiendo darme cuenta, que además del Carnaval, La Vega no ofrece nada, ya sea en tèrminos culturales o de diversiòn; los padres de familia no tienen a donde llevar sus hijos a divertirse. La mayor nota de mi corta estadìa, fueron las festividades del “Dia de Duarte”, que después de décadas de ausencia, fuí un orgulloso partícipe. A mis mejores amigos y elocuentes oradores de la ocasión, mis más sinceras felicitaciones y las gracias por las inmerecídas atenciones.
Errores y toyos de los veganos.
1- Sin el debído estudio sobre los benefícios o negativo impacto al medio ambiente, se procedió al desvío del río Camú. Las autoridades de turno, fueron los autores.
2- La demolición del Mercado. Sٙólida estructura, albergue de pequeños negocios, que remodelado y saviamente expandído, hoy sería un atractívo mall. Ya no más parques!
3- Negatíva y empeño de las autoridades eclesiasticas, de no preservar la relíquia y vieja Catedral y su campanario.
4- Remodelación y cambios estructurales al legendario Parque Duarte.
5- Remoción o anulación de la estatua de Don Gregorio Rivas. No se sabe donde está.
6- Calles como la Sànchez, convertídas en peatonales, y la existencia de una funeraria frente al parque, de difícil acceso, y sin parqueo propio.
7- El Município de La Vega carece de adecuados y suficientes parqueos, lo que afecta grandemente al comercio local, por lo que muchos prefieren irse a Santiago- solo a media hora- a hacer sus compras, y demás quehaceres.
8- - La Plazoleta Luperón, único pulmón del área, convertída en una cancha.
“ Esto lo dice alguien que emigró, pero que nunca se fué ”.
chiconino@msn.com
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