EL BUQUICITO

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25 noviembre 2016

Crisis Social y el Deportista/Pelotero Dominicano.


Escrito por Jorge Jorge
Clifton, NJ.  En la década de los años 50,   en Los Estados Unidos pocos conocían la República Dominicana y mucho menos donde estaba situada La Española en el “Mapamundi”.    No era culpa de nosotros, más bien, debido a la ignorancia geográfica del país más poderoso de la tierra.  


A Haití como país , se le conocía más que a nosotros, y a veces era necesario  explicar con lujo   de detalles, que es  una  isla situada entre Cuba y Puerto Rico, donde gobernaba un recio dictador llamado   Trujillo.  "Ohhhhh, Trujilo!- contestaban   algunos- Yes, Yes, Si,   Si Trujilo, Trujilo! You,  y nos sobraban las ganas de  contestarles  @@@##!!!??? ...

De las clases sociales medias/bajas - mejor dicho las dejadas atrás - es de donde sale la mayoría de nuestros atletas. Pobres, desprotegidos por los gobiernos, de escasa educación, prácticamente analfabetas.   Esto es evidente y abunda más cuando son entrevistados por los medios, donde sale a relucir un pobre uso del idioma; en otras palabras, no se saben expresar.

Por otra parte, es cierto que los planteles de educación superior, tanto como las universidades, carecen de programas que promuevan e incentiven la educación, incorporada a las actividades deportivas.  Los nuestros que llegan a las Grandes Ligas, arriban  desprovistos la mayoría, del uso del idioma, un escaso   ajuste social,  y  sobretodo, sin  los buenos  modales y costumbres que se adquieren en el hogar. Muchos se han visto de justícia, en cortes norteamericanas, por escandalosos casos de violencia domestica.

La inexperiencia y escasa madurez los arropa,  y la enorme cantidad inicial de dinero que reciben, los vuelve locos. Algunos usan mejor la cabeza y le compran una casa a sus padres, ¡Excelente!,  pero la   mayoría, luego de la cantidad de nuevos amigos, le tiran el ojo a  una  jeepeta,  con “to lo Pauel”.   Las mujeres les llueven, siendo después de la recién adquirida fama, que se dan ellas cuenta, que en realidad   estos    muchachos son buenos mozos y tienen los ojos verdes, hacen que se sientan que están muy buenos y ellos se lo creen; la pasan en parrandas, desafiando a sus compromisos y las exigencias de su profesión.

La conducta y comportamiento dentro y fuera del terreno, fueron  dejadas como forjadas en piedra, tal como Los Diez Mandamientos,  por  nuestros primeros Pioneros: Virgil, Marichal, Alou, Mota  Javier y otros, firmados con bonos de miseria, que   hasta  entonces  daban risa, sin embargo, tuvieron carreras sin tropiezos,  y sin  salirse de   las lineas, que   les fueron trazadas.

 ¡Quien sabe si llegaron en peores condiciones, que los que llegan hoy!.


chiconino@msn.com



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