Jorge A Jorge Batista 24/1/2019
El énfasis de la Biblia sobre la virginidad, no es en términos
médicos o religiosos, más bien en
términos morales. En este contexto y haciendo caso a los tiempos que estamos
viviendo, todo estriba, en que la mujer compare sus valores con aquellos de los
demás. Ejemplo: En 2018, una joven europea, vendió su virginidad por 2.5
millones de Euros. Es como otros vender un riñón.
Vivíamos nosotros en San Pedro de Macorís y al cerrarse
las clases por las vacaciones, vine a La Vega, por unas cuantas semanas. Era un
domingo - parece que conseguí los 5 cheles para ir a La Tanda Vermouth, así le
llamaban- en “El Progresista”. Al tiempo que algunos de nosotros nos preparábamos para irnos, se corrió la
noticia de que frente al Royal Palace,
había ocurrido un asesinato. Todos corríamos hasta atravesar
el parque y acercarnos a la multitud,
que se había aglomerado. “Allí nos
enteramos que una joven recién casada la
semana anterior, había sido
devuelta a su casa, por no ser virgen”. El Padre y el hermano de la joven
devuelta, persiguieron el novio hasta el frente del Royal, alcanzándole, donde
le dieron muerte. Llegamos tardíos al sitio del hecho, habiendo sido ya removido
el cadáver, y los agresores arrestados. Lo que, hasta hoy no olvido, es el
charco de sangre, que aún quedaba. Caso extraño para cualquier sociedad.
Virgen, se originó en el “Griego” y el “Latín”,
comúnmente en Griego para
endiosar a diosas, como Artemis, conocída comúnmente como
Diana, como también a Hestia. El color blanco en la mujer era considerado como símbolo de
inocencia, pureza y virginidad.
En el lenguaje común y urbano, la ausencia de la virginidad es tomada -dicen algunos- como cambiarle una goma a un carro “por
una usada”, siendo para otros, la inspiración para el típico
merengue: “El
Jarro Picha’o.
chiconino@msn.com
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